La España vaciada educada
¡Hola de nuevo!
En el día de hoy trataremos la educación en la comunidad autónoma a la que pertenezco, Castilla y León, a raíz de un artículo publicado en el periódico regional “El Norte de Castilla”. Éste es de 2017 pero habla de un tema que sigue siendo actualidad: el éxito de la educación en la comunidad.
Tengo que reconocer que desconocía este asunto pero al leer el artículo me sorprendí gratamente cuando se decía que el nivel educativo de la comunidad está a la altura de países como Finlandia. ¿Cómo lo sabemos? Por los informes que realiza la OCDE, más conocidos como informes PISA, en los que se puntúan diversos aspectos de la educación: habilidad lectora, matemáticas y ciencias. Se realizan en todo el mundo y actualmente son empleados como un referente para conocer el nivel y, con ello, el éxito educativo de los distintos países y regiones.
En los puestos más altos del
último informe de 2018 se sitúan China, Singapur, Taiwán, Japón, Estonia y
Finlandia, aunque son países que siempre suelen monopolizar estos puestos. Si
queremos conocer el nivel de España debemos observar los últimos datos
completos, los del informe del año 2016, en los que se queda en el entorno de
los puestos 25-30. Se puede pensar que de todos los países que son evaluados no
es un puesto tan bajo, pero si se contextualiza con su nivel socioeconómico y
se compara con naciones iguales y/o cercanas los resultados dejan mucho que
desear.
A nivel regional de comunidades
autónomas de España las que obtienen mejores calificaciones son Navarra, Madrid
y, por sobre todas, Castilla y León. Los resultados que más lo evidencian son
los del informe PISA de 2015 en los que la comunidad obtuvo una
puntuación de 516, superior a cualquier otra región autónoma y más de veinte
puntos por encima de la media nacional. En caso de ser un país, Castilla y León
se situaría en el séptimo puesto mundial, rozando a países como Finlandia: de
ahí que se llame a la comunidad como la Finlandia de España. Casi nada. Y esto
ocurre en un entorno con un contexto socioeconómico menos pujante de lo que se
deduciría por los resultados: si lo comparamos con el resto de las comunidades,
Castilla y León estaría más cerca de comunidades más pobres (Extremadura, Islas
Canarias) que de las ricas (Cataluña, País Vasco). ¿Por qué?
Vayamos a los datos. Castilla y
León destina al año uno de cada cinco euros del presupuesto a educación, lo que
se traduce en unos dos mil millones de euros. Es una de las comunidades que más
aporta a este ámbito. Otros datos esclarecedores: la diferencia de rendimiento
entre los institutos públicos y privados es la menor de toda España, diferencia
que tampoco se nota entre la escuela rural y la urbana; el bienestar del
alumnado es el mejor del país con solo un 1,7% de alumnos que han recibido
bullying; la implicación de los padres en el ámbito escolar es también la más
alta de España…
Después de los datos vienen las explicaciones. ¿Cómo se ha conseguido este nivel en una comunidad autónoma con un contexto socioeconómico poco favorable? Hay varios factores que lo explican: la labor de todos los miembros que conforman el sector educativo en Castilla y León, desde los profesores hasta los administrativos; la homogeneidad en cuanto a los tipos de escuelas (rurales, urbanas, privadas y públicas); la autonomía de los centros educativos y de la comunidad para tomar decisiones propias; tener un sistema que se evalúa y mejora constantemente; el respeto en las aulas y el sentimiento de pertenencia al sistema educativo de alumnos y profesores; y, por último, el establecimiento de unas políticas innovadoras que respetan un currículum escolar serio. Todo ello hace que el modelo educativo castellanoleonés sea una referencia para otras comunidades e incluso para otros países, algunos de los cuales han solicitado conocer sus claves para asemejarse a él.
Para finalizar explicaré el
sentido del título de esta entrada. Me parece preocupante que en comunidades
como la nuestra, con un sentido tan alto de la educación y un sistema modelo, se
hable solamente sobre su emigración y pérdida acuciante de población, sobre
todo joven. Es la España vaciada pero educada, aquella que no tiene nada que
envidiar a comunidades donde se está concentrando la población, que son más
ricas y que están recibiendo el talento que se nos escapa. Creo que no estaría
de más dejar de lado el hecho de si somos mejores separados o juntos y afrontar
los problemas en común, como la despoblación, pero también abanderarnos y
sentirnos orgullosos por una vez de lo que hemos conseguido juntos: tener la
mejor educación de España.
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