¡Hola!
Cuando echo la vista atrás unos
diez años en la educación y siempre según mi experiencia, veo que hemos
cambiado grandemente.
En todas las citas electorales a
las que he podido acudir me ha tocado votar siempre en el que fue mi colegio:
el Gonzalo de Córdoba. En él estudié infantil y primaria en una felicidad que
recuerdo rodeado de muy buenos amigos. También recuerdo que el método de aprendizaje
era muy similar al que luego tuve en el instituto: el profesor se sentaba en su
silla o se paseaba por el aula dando clase normalmente con la metodología
tradicional o magistral. No existía ni un atisbo de medios informáticos en
clase, y eso que ya era la década del 2000: si querías tener acceso a algo que
tuviera que ver con la informática debías esperar a la clase semanal de
informática en la que nos llevaban a la única zona con ordenadores disponibles
para niños (que ni siquiera era un aula como tal, habían acondicionado un
pasillo para tal fin con varios ordenadores propiedad de la Junta de Castilla y
León con “culos” muy grandes y claramente acondicionados para el usuario final:
los niños). Eran unos dispositivos toscos aunque recuerdo que la velocidad a la
que se podían manejar era buena (con excepciones contadas), es decir no eran
lentos de por si ni tampoco la velocidad de internet era insuficiente: al fin y
al cabo solo los empleábamos para realizar algunos juegos educativos o
elementos parecidos. Por entonces no existía el boom actual de internet y redes
sociales ni teníamos apenas conocimiento de la web.
Pues bien, cuando volví para votar
esperaba encontrarme las mismas aulas que dejé sin pensar que habían pasado más
de diez años desde aquello. Ahora todas las clases tienen un ordenador (no de
última generación pero sí acorde a la oferta actual y a las necesidades de la
clase), un proyector con su pantalla y pizarra digital. Casi nada.
Cómo ha cambiado todo. Ahora es indispensable ir a clase sin un portátil ligero y con cargador que tenga pantallas de carga rápidas y que se pueda conectar exitosamente a redes wifi rápidas, al menos para mi en mi día a día. He pasado de ver la tecnología como algo a parte de la educación que apenas podía influir en la misma a ser un recurso esencial y necesario.
Y esto sólo es el comienzo. Pienso
en cómo habría sido mi educación primaria de tenerla ahora en estos tiempos que
corren. Y cómo cambiaría diez o quince años después de dejar la escuela, me sorprendería
(de nuevo) de cómo ha cambiado y de todo lo que se ha normalizado dentro del
aula.
En conclusión, no puedo adivinar
ni predecir el futuro en la educación pero sí estoy seguro de que cambiará
grandemente y las tecnologías harán cada vez más acto de presencia incluyendo
aquellos elementos que se van a ir inventando durante estos años y que
seguramente encontrarán su aplicación en las aulas, todo con el fin de mejorar
la educación que imparte el docente y la que reciben los alumnos.
¡Sed buenos y parecedlo!
Óscar!
ResponderEliminarMe ha encantado tu post, adentrándonos en tu cole de pequeño, la verdad es que ha habido muchos cambios...pero el ser humano se adapta a todo... asique debemos confiar en que los cambios que vendrán serán positivos para todos y sino ya haremos que sea así!
A renovarse y a modernizarse!